EL AFECTO Y LOS NIÑOS



Afecto El mejor antídoto ante un exceso de exigencia son las muestras de afecto. no es sólo cuestión de besar, abrazar y decir a los hijos cuánto se les quiere  sino de dar pie a momentos en que el niño se sienta orgulloso de sí mismo porque sus padres se muestran orgullosos de él.

 “Hay que saber reconocer los esfuerzos y reforzar lo positivo para que el niño tenga momentos en que se sienta satisfecho cien por cien, aunque los padres sepan que no todo lo ha hecho cien por cien correcto; luego, en otro momento, ya podrán hacer hincapié en lo que está fallando . La clave es que los hijos se sientan apoyados, valorados, y no sólo exigidos.

 “Educarles es ejercer la autoridad con amor, con sentido común, animándoles, diciéndoles que sí pueden cuando se desaniman, dando ejemplo, reforzándoles positivamente y aplicando los castigos no para dañar, sino para que no traspasen los límites”,  es importante buscar momentos para pasarlo bien juntos, para conversar, reírse, hablar de emociones y disfrutar del ocio en común, para que la relación familiar tenga otras oportunidades que no sea hablar de a quién le toca recoger la mesa o de cómo comportarse.

Si no, la vida familiar resulta muy ingrata. 

Autonomía En lugar de controlar todo lo que hacen los hijos y cómo lo hacen, hay que darles autonomía, dejarles que tomen decisiones, que desarrollen intereses propios, admitir que es normal que unas cosas gusten más que otras para que aprendan a tener automotivación y sepan tolerar la frustración





👱

EL PERRO REACTIVO

  Hablemos sobre la reactividad canina   La “ reactividad canina ”: el perro que tiene una reacción exagerada a un cierto estímulo, pero...