El golpe de calor es mortal si los días son muy calurosos y si no se
extreman ciertos cuidados con nuestros perros:
En apenas 10 minutos, un perro puede morir
dentro de un coche.
A veces, ni un rescate rápido consigue
evitar los problemas vasculares, las hemorragias o el edema cerebral…
Los perros no pueden regular su
temperatura mediante el sudor pues carecen de glándulas
sudoríparas extendidas por el cuerpo -como en el caso de los humanos-. Ellos
sólo pueden regular su temperatura mediante los jadeos y el sudor que eliminan
por las almohadillas de sus patas. En los días de mucho calor o en los
traslados en coche, esta regulación puede no ser suficiente y se presenta el
temido golpe de calor, que puede resultar mortal, pues acaba con las reservas
de azúcar y sales del cuerpo del perro. El “golpe de calor” puede acabar con
nuestro perro en apenas 15 minutos!
No se le puede bajar la temperatura de golpe, porque pasaremos a provocarle
una hipotermia con los mismos resultados desastrosos. La temperatura debe bajar
de forma gradual y el perro debe rehidratarse y recuperar el azúcar y las sales
que ha perdido.
* Si puede trasladarse de inmediato a una clínica veterinaria, subirlo al
coche y durante el trayecto:
Humedecer (sin envolver ni tapar)
prioritariamente el cuello y la cabeza mediante paños mojados en agua no muy
fria o un pulverizador de agua. Nunca lo cubras con toallas húmedas.
Poner un cubito de hielo sobre el
puente de la nariz, las ingles y las axilas.
Humedecerle la boca, sin forzarlo a
beber, y sin dejar que beba en exceso.
* Si no puede trasladarse de inmediato a una clínica veterinaria:
Llevarlo a un sitio fresco.
Sumergirlo en agua a unos 20º o
aplicarle un chorro de agua a esa temperatura, hasta que se normalice la
respiración.
Humedecer (sin envolver ni tapar)
prioritariamente el cuello y la cabeza mediante paños mojados en agua no muy
fria o un pulverizador de agua. Nunca lo cubras con toallas húmedas. Si es
posible, nos ayudamos con un ventilador.
Poner un cubito de hielo sobre el
puente de la nariz, en las ingles y las axilas.
Humedecerle la boca, sin forzarlo a
beber, y sin dejar que beba en exceso.
Cuando la respiración sea normal,
mantenlo sobre una toalla húmeda.
Trasládalo al veterinario lo antes posible, y explícale todo lo que hayas
hecho. Es imprescindible que un veterinario lo tenga bajo control y observación
para ver cómo evoluciona, y además el animal necesita medicación para
recuperarse. La respiración normal no elimina daños cerebrales y otras secuelas
de este fuerte shock, por lo que insistimos en que debes llevarlo al
veterinario lo antes posible.
Existen además una serie de factores de riesgo que aumentan las
probabilidades de que un perro sufra un golpe de calor, por ello, deben
vigilarse especialmente los siguientes casos:
* Entorno:
Altas temperaturas en el exterior.
Temperatura moderada en el exterior después de
varios días de calor sofocante.
Humedad ambiental alta, que dificulta la
propia eliminación de vapor de agua del animal.
Espacio reducido y/o mal ventilado: coche,
habitación, patio pequeño, balcón, transportín, bodega de barco, …
Agua: poca cantidad, no fresca o no
renovada a menudo.
Carencia de sombra o sombra muy reducida.
Suelos de cemento.
¿Eres de los que lo tiene atado fuera?:
añadimos el riesgo de ahorcamiento intentando llegar a la sombra o a más agua.
* Animal:
Muy joven o muy viejo.
Enfermo: insuficiencia cardíaca, insuficiencia
respiratoria, stress.
Braquicéfalo (morro muy chato): Bulldog,
Carlino, Gato Persa muy tipado, Boxer, Pequinés, …
Obesidad: la piel tiene más poder aislante.
Color de capa: los oscuros absorben más el
calor.
Digestión: no dar de comer durante el día,
sino al atardecer.
Ejercicio: absolutamente prohibido en horas de
más calor.
Que el animal esté nervioso.
El golpe de calor siempre puede ser evitado, y para ello, es necesario
observar los siguientes cuidados con tu perro:
* En todos los casos:
Tener siempre disponible agua limpia
y fresca.
Estar en un espacio amplio y bien
ventilado.
Contar con una zona de sombra
amplia.
Darle de comer a primera o última
hora del día.
Sácalo a pasear a primera y última
hora del día, y a mediodía lo mínimo para que haga alguna necesidad.
Evitar que haga ejercicio.
No lo pierdas de vista.
Nunca lo dejes dentro de un coche
aparcado.
Si vas de viaje con él y el coche no
tiene aire acondicionado, llévate hielo, un par de toallas y agua. En las
paradas, si ves que va acalorado, moja bien la toalla y deja que se tumbe
encima o que al menos ponga las patas (para las almohadillas). Puedes también
de vez en cuando frotarle las almohadillas y el puente de la nariz con un
cubito de hielo.
* Animales de riesgo:
Si tienes jardín, deja que juegue un
rato bajo los aspersores o refréscalo con agua si al perro le gusta.
Suprime la salida de mediodía si
vives en una zona sin sombras o en una plaza asfaltada o de cemento, lo que se
llaman “plazas duras” que en algunas ciudades están tan de moda.
Consulta con tu veterinario darle un
suplemento de glucosa o sales minerales.
Para cachorros o ancianos que estén
en el interior, en días de calor sofocante, coloca y ve reponiendo toallas
húmedas en las que puedan tumbarse, un recipiente con agua congelada que vaya
“refrigerando” mientras se deshace, y mantén las persianas bajadas y las
ventanas abiertas cuando el sol toque allí.
Todas las medidas deberán observarse y tener especial cuidado con los
animales de riesgo. Cualquier precaución es poca para que los perros no sufran
un mortal golpe de calor.